LA MUJER SOLITARIA VA A LA CASA DEL HOMBRE DEL PELO CANOSO
La Mujer Solitaria estaba llorando sentada en un banco, pensaba en el apuro que pasó… Fui al aparcamiento, recordaba entre lágrimas, donde conocí al Hombre del Pelo Canoso y Barba de Cuatro Días y no le vi…
Desilusionada me dirigí a la escalera de salida y sentí que alguien me seguía, me di la vuelta y no vi a nadie, estaba un poco asustada, subí la escalera despacio y oía unas pisadas detrás de mí un poco más abajo pero subiendo a la misma vez que yo, aligeré el paso y salí al exterior y me paré en la salida.
No había nadie, continúe andando un poco nerviosa mi intención era ir a casa de el hombre que me ayudó en el supermercado, a ver si allí me tranquilizaba y de paso hacíamos el amor un rato.
A medida que me acercaba a la casa de mi amigo mis nervios iban desapareciendo, entre y llamé al ascensor y mientras esperaba me acordé del Hombre del Pelo Canos y Barba de cuatro o cinco días, sentí como si el hombre estuviera detrás de mí y noté que me acariciaba el trasero, me volví rápidamente y no había nadie.
– ¿QUÉ ME ESTÁ PASANDO? dije casi gritando.
Mis nervios ya estaban a flor de piel, mi cuerpo temblaba de miedo recordando los pasos que sentí por la escalera del aparcamiento y no había nadie, Llegó el ascensor y no entré, estaba asustadísima, no veía a nadie, mi imaginación me había jugado una mala pasada
Temblando de miedo salí a la calle y andando sin rumbo por el bulevar de la avenida, me acordé de la tarjeta que encontré en mi tanga…
Ya más tranquila, abrí el bolso y la volví a leer, “Me gustas con locura ven a mi casa cuando puedas, firmado El Hombre del Pelo Canoso”.
Decidida, me dirigí a la dirección de la tarjeta que no estaba lejos, a medida que me acercaba mi corazón palpitaba a un ritmo endiablado deseaba a ese hombre, quería saber si era tan cariñoso y buen amante como en el ascensor.
Ya más animada, aligeré el paso hacia la casa del Hombre del Pelo Canoso, sonreí recordando su furor en el ascensor.
Llegué a la casa, tenía un pequeño jardín y la casa tenía solo una planta, una ventana muy grande con unas cortinas de color azul situada a la derecha de la puerta, adornaban la fachada.
Abrí la puerta del jardín y llamé pulsando el botón del timbre. Pero al apoyarme en la puerta esta se abrió, entré despacio a un amplio pasillo y me quedé parada.
Estaba un poco oscuro, solo la luz que entraba por la puerta abierta.
Intenté andar un poco hacía adentro y me encontré con una escultura de una mujer preciosa con una cara bellísima, me quedé parada al lado de la escultura mirando el amplio pasillo.
¡Hola! Llamé!, ¡hay alguien aquí!!!… un poco de eco pero nadie contestó… Había una puerta grande a la izquierda, y un poco más adentro otras dos puertas más, una a cada lado y enfrente de donde yo estaba había otra puerta.
Intenté dar unos pasos más y volví a llamar…¡Hola! Llamé!, ¡hay alguien aquí!!!…
¡¡¡DE PRONTO LA PUERTA SE CERRÓ DE GOLPE!!! Di un salto y me volví, no había nadie, empecé a temblar como una tonta muerta de miedo,
El pasillo se había quedado en tinieblas al cerrarse la puerta, poco a poco me fui acostumbrando a a la oscuridad.
Anduve hacia la puerta que había a la izquierda y entré era el salón de la casa, pero en el salón no había nadie…
Decidí marcharme porque ya era demasiado para mis nervios
Me dirigí rápidamente hacia la salida y cuando ya estaba saliendo del salón, alguien me agarro por detrás de la cintura y me acaricio el pecho suavemente intenté cogerle las manos pero no había nadie, estaba sola en el salón.
Empecé a andar hacia la salida del salón, y volví a sentir que me abrazaban por detrás, me volví y no había nadie, mi cuerpo temblaba de miedo.
¡¡¡AHHHH!!! ¡¡¡Di un grito!!!, al ver que la cortina se abría un poco y se volvía a cerrar, pegué la espalda a la pared temblando de miedo.
El salón se iluminó unos instantes y pude ver claramente que allí no había nadie.
Entonces sentí una mano en mi hombro y otra que me acariciaba la cara.
¡¡¡AAAAHHHH!!! Empecé a gritar como loca, agitando mis brazos intentando agarrar a alguien, pero no había nadie.
Sentí que me desabrochaban la blusa, mis nervios no aguantaban más… Moví mis brazos intentando tocar a alguien pero no encontré a nadie, yo seguía sintiendo las caricias por todo mi cuerpo, alguien me subió la falda y me acarició entre las piernas.
Me quedé quieta, sin fuerzas, asustada, sabía que no había nadie ¡¡¡¿QUIÉN ME ESTÁ TOCANDOOOO GRITÉ?!!! Gimiendo con lagrimas en los ojos y apoyada en la pared del salón, seguía sintiendo las caricias en mi pecho y entre mis piernas.
Un perfume embriagador se esparcía por todo el salón… me gustaba el perfume y empecé a relajarme… gimiendo y pegada a la pared estaba empezando a sentir placer, las caricias se hicieron más profundas, sentí una mano que se introducía por mi tanga.
Estaba sintiendo satisfacción, estaba sintiendo el mismo placer que el día del ascensor con el Hombre del Pelo Canoso, estaba a punto de explotar cuando se abrió la cortina unos instantes, allí no había nadie estaba yo sola, me abroché la blusa muy nerviosa y asustada me coloqué la tanga.
¿Pero ¿Quien me tocaba? Me dije colocándome la ropa… Miré para arriba por si en el techo del salón había alguna portezuela por donde pudo entrar y salir alguien y no pude distinguir nada claro.
Temblando de miedo grité…¡¡¡DEJAME SALIRRRR!!!.
Nadie contestó, salí corriendo hacia la puerta y me encontré la escultura de la mujer en medio del pasillo sonriendo.
¡¡¡AAHHH!!!, grité corriendo a toda velocidad cerca de la escultura, me eché a un lado y pasé por su lado corriendo más asustada que nunca en mi vida y dando gritos de miedo, llegué a la puerta la abrí y salí corriendo como una loca hacia ningún sitio. Me senté en un banco y llorando me puse a pensar en lo sucedido.
–¿Qué me está pasando?… que apuro más grande he sentido…. habrá sido un sueño…esto no puede ser realidad… creo que cuando me tranquilice volveré…