Comencé a andar de espaldas sin quitar ojo a la escultura temblando de miedo entré en el salón tratando de encontrar a alguien, fui de un lado a otro del salón,,,

Nada no había nadie…Los temblores de miedo no me dejaban andar iba dando tropezones con todas las cosas, me dirigí al pasillo, estaba asustadísima y… Alguien me puso una mano en el hombro

–¡¡¡AAAAAJJJJJ!!! Grité llena de pánico…

Me volví despavorida y me encontré con la mujer de la ventana sonriéndome… ¡¡GLUP!! No dije más y caí redonda al suelo… no me podía mover pero veía a la mujer sonriendo y tratando de ayudarme…

La mujer me llevó al salón y se  sentó a mi lado y me acariciaba la espalda suavemente, yo agradecía la tranquilidad que me estaba proporcionado pero la respiración no la recuperaba.

Me puso una mano en el hombro y me atrajo hacia ella hasta que apoyé la cabeza en su pecho, la mujer me acariciaba con ternura la cara y me besaba el pelo tranquilizándome, yo me estaba relajando, me abrace a ella sintiéndome protegida contra no sé de qué y sentí que me acariciaba el pecho mientras me besaba en los labios.

La mujer seguía besándome en los labios mientras me acariciaba, yo ya no sentía miedo me sentía agusto con tanta ternura, una suave fragancia me inundaba mientras la mujer seguía besándome y acariciándome todo el cuerpo.

Sentí que me acariciaba las piernas y llegaba hasta mi intimidad que apretaba suavemente por encima de mis braguitas, la mujer poco a poco me las fue quitando y acariciaba mi sexo con sus dedos.

La mujer desprendía una fragancia que me gustaba.

Poco a poco fui perdiendo la noción del tiempo no sabía lo que hacía ni donde estaba, fui perdiendo el sentido más y más, pero tuve tiempo de notar que me tumbaba en una cama y me quitaba la ropa y ella se tumbaba a mi lado abrazándome y ya no recuerdo más.

Cuando recobré el sentido estaba en la calle, en la puerta de la casa, sin saber para donde ir ni por qué estaba allí.

Empecé a andar sonámbula y miré con timidez a la ventana, no vi a nadie, todo han sido imaginaciones mías, me dije, no ha habido nadie en esa casa, ¿pero por donde ha salido el Hombre de la Gasolinera?, creo que volveré con más tranquilidad a ver qué sucede en esa casa

Al día siguiente, La Mujer de  Enfrente seguía pensando en lo que le había pasado tenía una pesadumbre que no la dejaba tranquila, ella pensaba en lo que le había sucedido, Había seguido al Hombre de la Gasolinera.

La Mujer de  Enfrente recordaba con nerviosismo.

 –Fui detrás de él y entró en una casa y yo detrás de él, pero no le vi no le encontré y me pasaron una serie de cosas raras que hoy voy a intentar averiguar.

La Mujer de  Enfrente salió de su casa decidida a ir a la casa de La Mujer Fantasma

Me dirigí a esa casa con mucha decisión  y cuando estaba llegando mis piernas se negaban a seguir un temblor recorría todo mi cuerpo.

Entonces vi a la bella mujer de ayer en la ventana, me estaba mirando y me sonreía, yo no sabía qué hacer si seguir o volverme, ya cerca de la puerta me paré dudando, entonces la mujer me hizo señas para que entrara, la vi tan convincente con una sonrisa tan agradable que anduve animada hacia la puerta.

Cuando iba a llamar, la puerta se abrió sola no había nadie dentro, entré y muy despacito anduve casi de puntillas por el ancho pasillo lleno de esculturas y cuadros, una luminosidad tenue y un silencio sobrecogedor me acompañaban.

Mis piernas temblaban veía que no me iban a poder sostener, de pronto un escalofrío me recorrió todo el cuerpo, alguien me había puesto una mano en mi trasero, me volví como una exhalación y no vi a nadie, me pegué a la pared muerta de miedo mirando para todos lados, estaba asustadísima.

Miré al lugar donde el día anterior estaba la escultura de la mujer y no estaba, ya no podía aguantar más, empecé a andar despacio hacia la puerta para irme temblando de miedo.

–¡¡¡AAAHHH!!!, Di un grito desgarrador, sentí una mano en mi hombro, me volví preparada para luchar y me encontré a la bella mujer sonriéndome…

–No te marches pasa, me dijo pasándome un brazo por los hombros y empujándome levemente hacia adentro.

La Mujer de Enfrente de repente se sintió relajada y tranquila, se sentía agusto mirando a una mujer tan bella.

Yo la miraba embobada y ella sonreía y me acariciaba la espalda llegando hasta mis nalgas y las apretaba suavemente, me miraba tranquilizándome mientras andábamos hacia el salón.

En esos momentos sentí una tranquilidad enorme.

Nos sentamos en el sofá y ella seguía acariciándome la cara y besándome en las mejillas, me besaba la frente mientras yo sentía un relax desconocido.

Ella tenía un perfume embriagador, esa fragancia que me embargó el otro día haciéndome sentir en la gloria, me encontraba agusto sentía que me besaba muy despacito en los labios cerré los ojos sintiendo un gran placer, sentí como me acariciaba las piernas y seguía hasta mis caderas.

El corazón me palpitaba a una velocidad endiablada, sentí que me pasaba la mano por el pecho  a la vez que me besaba, yo seguía con los ojos cerrados deleitándome con sus caricias, sentí su mano subiendo hasta el límite de mis piernas, El placer que estaba sintiendo me hizo abrir las piernas permitiendo a la mano llegar hasta donde quería.

Empecé a suspirar de placer, mis gemidos retumbaban en la casa con un eco profundo, de pronto sentí que me quitaba las bragas, Abrí los ojos sorprendida.

 …Sobresaltada, di un grito aterrador

–¡¡¡NO HAY NADIE CONMIGO!!!  ¡¡¡ESTOY SOLA!!!,

– ¿Qué me está pasando? Me dije mientras me colocaba la ropa y me dirigí hacia la puerta con aire decido…

Abrí la puerta y salí a la calle, no quería mirar para atrás y seguí andando rápido alejándome pero a los pocos metros no pude resistir la tentación de mirar para atrás, Allí estaba la mujer en la ventana sonriéndome y diciendo adiós con la mano.

La Mujer de Enfrente no podía vivir con la obsesión de esa casa, pensaba en La Mujer Fantasma y no podía quitársela de su mente.

Esa noche no pudo dormir, un sueño aterrador la despertaba a cada momento, miles de fantasmas entraba en su habitación y le quitaban la ropa bruscamente, la desnudaban por completo mientras una mujer bellísima la acariciaba y la tranquilizaba, de repente uno de los fantasmas feísimo con unos ojos saltones y una boca tremenda empujó a la mujer bellísima echándola a un lado y se echo encima de ella, en ese momento se despertaba  sudando y llorando de miedo.

A la mañana siguiente mientras desayunaba no dejaba de pensar en la casa donde sintió que la tocaban todo el cuerpo y no vio a nadie, después recordó a la bella mujer que la tranquilizó, pensaba en La Mujer tan bella que vio en la ventana.

–Tengo que ir y descubrir el misterio, se dijo.

Decidida salió de su casa, animada con una idea entre ceja y ceja, andaba con rapidez impaciente por llegar..

La Mujer de Enfrente, obsesionada con los raros sucesos que vivió en esa casa se dirigió a ella con la idea de averiguar qué pasaba allí.

Pero a medida que me acercaba mi ánimo iba desapareciendo, la rapidez con la que andaba fue amainando, un escalofrío recorrió mi espina dorsal poniéndome carne de gallina.

 Empecé a dudar si me acercaba o no, creo que empecé a sentir terror a lo desconocido.

–No sé qué hacer, se dijo, –Quiero averiguar quién es esa mujer tan bella  que me besó con tanta  ternura.

–¿Quién era esa mujer tan bella y tan cariñosa? Me pregunté  –¿Y que desaparecía dejándome medio adormilada y sin saber que estaba pasando?…Eso me inquieta.

Decidida me dirigí a la casa mirando la ventana donde vi a la mujer, estaban las cortinas echadas no había nadie, llegué a la puerta y cuando iba a llamar la puerta se abrió sola, entré en el recibidor mirando para todos lados me encontraba en el ancho pasillo cuando la puerta se cerró sola.

– ¡AAAHHH!, Grité sobresaltada.

 Una oscuridad tenebrosa inundó el pasillo dejando ver unas sombras alargadas de las figuras y jarrones que me sobrecogían aun más de lo que ya estaba.

 Poco a poco mi vista se fue acostumbrando a la oscuridad y con la poca luz que dejaban entrar las puertas de las estancias vecinas podía ver algo más.

Comencé a andar despacio por el pasillo y de pronto sentí unos pasos detrás de mí, y un ruido muy ligero, como un suspiro muy cerca de mi oído, nada más, un frio me recorrió la espalda como si un iceberg se me hubiera pegado.

Me volví todo lo rápida que pude y no vi a nadie, mi cuerpo empezó a temblar andando de espaldas me pegué a una puerta del pasillo.

-¡¡¡AAAHHHH!!! Un grito desgarrador me salió de la garganta cuando sentí un aliento en mí nunca a la vez que me acariciaban el culo.

Fuera de sí alterada, empuje la puerta y me encontré en una habitación con una luz tenue que dejaba pasar una gruesa cortina de una única ventana, en la habitación solo había un escritorio y una estantería biblioteca llena de libros.

Aterrada miraba para todos lados tratando de ver algo más.

 La habitación no estaba muy limpia el suelo estaba lleno de polvo, me fui hacia la ventana para abrir más la cortina y vi delante de mí, formarse en el suelo lleno de polvo la huella de un pie,  como si el pie estuviera allí. Me detuve llena de pánico.

 Delante de aquella huella se dibujó inmediatamente otra. Avancé rápidamente hacia la ventana, y la huella avanzó, delante de mí; era una huella pequeña, como la de una mujer. La impresión era demasiado débil para que pudiera distinguirse claramente su forma, pero me pareció que debía ser la de un pie descalzo.

 Abrí la cortina y dejé pasar más luz el día era soleado no hacía calor pero yo sudaba a chorros, un sudor frío inundaba mi cuerpo, me sequé el sudor de la frente y decidí ir al salón.

Cuando me volví para hacerlo, una silla, abandonó silenciosa y rápidamente la pared de enfrente, y se paró delante de mí, a un metro aproximadamente de mí. A la misma vez algo me tocó en el hombro, Lo noté claramente…

 … Mis nervios estaban a punto de estallar, salí corriendo hacia la puerta y cuando estaba llegando se cerró de golpe, por más que tiraba del picaporte me fue imposible abrirla. 

–¡¡¡DEJAME SALIR!!! Grité llorando.

Intenté abrir la puerta a golpes pero la puerta permaneció inquebrantable a pesar de los vigorosos golpes.

La sensación de horror que me invadía era inmensa, ahora era un horror más frío y más aterrador. Sentí que me abrazaban por detrás acariciándome todo el cuerpo por delante, apreciaba cerca de mi oído una extraña respiración de alguien inexistente.

Ya no podía resistir más, las piernas empezaron a doblárseme, mi cuerpo se estaba desvaneciendo.

–¡¡¡ESTOY ATRAPADA!!! Dije gritando.

Antes de que hubiera acabado la frase, la puerta, que había intentado abrir sin conseguirlo, se abrió tranquilamente como por su propia voluntad.

 Me precipité al rellano y  vi una enorme luz pálida, que se movía delante de mí, y se iba hacia el salón Al cabo de unos segundos, sentí pasar como una flecha, junto a mi mejilla, una corriente de aire excesivamente fría. Miré hacia la puerta y vi que se había cerrado, mi terror había alcanzado un grado tal que mis sentidos me abandonaron.

Corría por la casa sin saber donde iba, mi intención era encontrar la puerta y salir corriendo a la calle.

 Corrí despavorida hacia la salida y me encontré en el pasillo a la mujer de la ventana sonriéndome y con los brazos abiertos para abrazarme.                                 

No lo dude corrí a refugiarme en ella llorando mirando para atrás y señalando a nada, la mujer me abrazó y me acarició con ternura yo apoyé la cabeza en su pecho mientras ella me besaba el pelo y la cara.                                        

La mujer seguía acariciándome y besándome mientras despacito me llevaba a la habitación

Nos sentamos en la cama y la miré, intenté hablar y no me salió la voz, ella sonriendo me secó las lagrimas con sus dedos y me besó en los labios empujándome suavemente me tumbó en la cama y ella se tumbó a mi lado acariciándome, yo me estaba tranquilizando con las caricias que me hacía con tanta ternura, me abrace a ella y le devolví los besos y las caricias así continuamos un rato y terminamos abrazadas una encima de la otra con las piernas entrelazadas.

 Cuando salí de la casa, andaba como sonámbula con una sensación de placer enorme, me volví hacia la ventana y vi a la mujer sonriendo diciéndome adiós con la mano, continué andando hacia mí casa con la idea de no volver más a esa casa.

Continuará…